Me presento

Veo que todos nos divorciamos y vamos arrastrando nuestros pequeños fracasos (que al principio se hacen grandes). En mi caso, fui yo quien pidió el divorcio, porque se me terminó el amor (creo que entre tantas lágrimas de impotencia y sentirme ninguneada). Mi caso no es parecido a los vuestros, salvo en que, tras divorciarme y mirar a mi alrededor, vi que estaba totalmente sola con 43 años. Miento, porque tengo un hijo de 4 años que es el motor de mi vida. Pero necesito tener conversaciones con adultos, no sé si me entendéis. Y los amigos desaparecieron por el camino. No sé qué pasaría. Supongo que puede suceder...

En fin... Soy feliz porque dejo atrás a una persona nociva para mí, pero siento un sabor agridulce porque lo veo como un fracaso. Sobre todo tras luchar tanto (me casé con un dominicano y tuve que remover cielo y tierra para traerlo a España.Supongo que el cónsul de España allí vio lo que yo no veía y por eso nos ponía tantas trabas...). Tenía muchas esperanzas en eso. Fue llegar él a España, tras el nacimiento de nuestro hijo, que estuvimos conviviendo un año, que vi que me había metido en un verdadero infierno. Creo que casi nada más poner los pies en mi nueva casa que vi que eso no funcionaría. Él no buscaba trabajo. Me hacía sentir inútil, porque tengo una enfermendad, retinosis pigmentaria, que nunca me impidió ser una profesional válida y valorada por compañeros y superiores, pero él fue capaz de hacerme sentir inválida absoluta. También me hizo sentir vieja, a mis casi 40 años de entonces. ¿Quién me iba a querer? Además, él en las discusiones siempre decía que, si seguía conmigo era por el niño, que, de estar solos, me habría dejado hacía mucho tiempo. Quizá era su manera de tenerme atada a él... Al año vi el cielo abierto y me fui con mi madre. Él lleva 4 años en España y aún no ha "encontrado" un trabajo (las oportunidades que ha tenido tampoco las ha aprovechado, porque no aguantaba ni un mes en las empresas. O le dolía la espalda, o la pierna... O no le tragaban...). Ha estado viviendo en casas de amigos, dando tumbos. Y aún sigue culpándome a mí de su situación. Dice que Dios algún día me castigará por hacerle eso. Yo regresé a vivir con mi madre, que murió hace un mes. Mi hijo necesitaba un techo. Y mi madre nos aceptaba sólo al niño y a mí (me acababa de quedar en el paro y no podía permitirme el alquiler del piso). A los dos meses volví a trabajar (con mi enfermedad y todo, fui capaz de recuperar mi trabajo). Ahora llevo un par de años con una pensión de incapacidad, con la que puedo mantenerme yo y mi hijo. Mi ex me sigue culpando de todos sus males. Siempre le aconsejé bien en todo. Hasta le busqué trabajos y le hacía los currículums. Siempre me he preocupado por su situación, porque no quiero que lo pase mal. Le tengo aprecio. Suponqo que él quería vivir de mí. Menos mal que ya no tengo nada que ver con él. Su familia y amigos me ven como a un monstruo. Quiero decir que muchas veces quien deja no es el malo de la película. Yo me liberé. No quiero pareja. Escaldada salí. Y tampoco creo que nadie me quisiera con un hijo, mi edad y mi enfermedad. Así que estoy bien como estoy. Pero me gustaría tener amigos con los que hablar de vez en cuando, aunque sea a través de un foro. No tengo tiempo para más. Ni para salir. Voy al gimnasio para intentar adelgazar lo engordado tras el parto y mi depresión por sentirme una piltrafa. Espero recuperar mi antiguo "yo".

Disculpad la extensión de ésto.

Un saludo.