NO PERMITAS QUE NADA NI NADIE TE HAGA DAÑO.
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NO PERMITAS QUE NADA NI NADIE TE HAGA DAÑO.
NO PERMITAS QUE NADA NI NADIE TE HAGA DAÑO
En mi opinión, preservar no es solamente otra palabra más, sino que es un concepto y una filosofía de vida, una demostración de Amor Propio y auto-respeto, un impecable principio por el que regirse y que acatar por los otros y por uno mismo.
Según el diccionario es “proteger, resguardar anticipadamente a alguien o algo, de algún daño o peligro”. Es protegerse, ponerse a salvo, evitarse cualquier daño o peligro. En todo el artículo me voy a referir siempre al daño moral, psicológico, en la dignidad, en aquello que es impalpable, y no me referiré al daño corporal físico.
El hecho de ser humanos y tener sentimientos se convierte en un inconveniente para resguardarse de los daños emocionales, que son bastantes incontrolables ya que no se rigen por la consciencia y la razón. Para evitar eso se requiere un buen entrenamiento mental para aprender a evitar que el primer contratiempo nos impacte y golpee directamente en la parte más difícil de proteger, que es la mente con las consecuencias que eso conlleva. Es conveniente crear y aplicar una especie de control que se convierta en un filtro que tengan que atravesar los sentimientos y las emociones antes de golpear directamente en el corazón.
La mayoría de las tragedias, y prácticamente todos los conflictos o problemas, pueden pararse en la mente y con la mente y no dejar que pasen de ahí cargados con todo su sufrimiento. Todos hemos pasado por cosas que nos parecían muy graves mientras ocurrían, y que nos aportaron un daño contundente en aquel momento, pero más tarde hemos podido comprobar que no eran tan graves ni tan insoportables y que podríamos haberlas evitado si no nos hubiésemos opuesto a ellas. Nuestra oposición a aceptar la realidad, aunque no nos guste, es una proveedora de daños, dolores y sufrimientos.
No permitas que nada ni nadie te haga daño hace referencia a algunas cosas que son intolerables pero que las toleramos a pesar del daño que nos causan. Tal vez sea ya el momento de plantarse y decir basta.
¿Por qué seguir tolerando a las personas y cosas que nos hacen daño?,
¿y para qué?,
¿por qué seguir permitiendo las agresiones físicas o verbales, los desprecios, las faltas de respeto, el ninguneo, el daño innecesario y cruel?,
¿por qué consentir que las emociones nos sigan perjudicando?,
¿por qué permitir que los sueños incumplidos nos martiricen y no hagamos algo para conseguirlos?,
¿por qué no evitar el daño moral que nos provocan las insatisfacciones que seguimos manteniendo?,
¿por qué nos maltratamos y hacemos daño desatendiendo el cuerpo y la salud?
A estas preguntas puedes añadir todas las que se te ocurran.
Además del daño intenso y muy notable, hay otros dolores que son más sutiles pero igual de nocivos:
- cuando no somos capaces de decir que no y con ello nos perjudicamos,
- cuando tomamos decisiones que benefician a otros pero nos perjudican a nosotros,
- cuando nos auto-culpabilizamos o nos auto-castigamos,
- cuando no nos cuidamos ni nos damos caprichos o cosas que son de nuestro gusto, cuando permitimos que nuestro ego se sienta herido y nos lo tomemos coma algo personal,
- cuando dejamos nuestra felicidad en manos ajenas o no nos amamos…
Cada uno se auto-agrede de un modo distinto, pero hay algo en común en todos los casos: es nuestra desatención a nosotros mismos lo que nos perjudica; sin querer o sin darnos cuenta, también nosotros nos hacemos daño.
No permitas que nada ni nadie te haga daño. Preservarte. Ponerte a salvo. Evitarte el dolor y el sufrimiento. Son tareas importantes que merecen toda tu atención.
Este es un asunto del que se puede aprender mucho si se revisa con atención y se extraen buenas y beneficiosas conclusiones.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
Si le ha gustado este artículo ayúdeme a difundirlo compartiéndolo. Yo he hecho mi trabajo escribiéndolo con la intención de que le sea útil a alguien. Le pido que ahora haga su aportación difundiéndolo entre sus amigos o en sus grupos. Así también tendrá su parte de mérito en lo que pueda aportar a otros y recibirá su recompensa. Gracias.
En mi opinión, preservar no es solamente otra palabra más, sino que es un concepto y una filosofía de vida, una demostración de Amor Propio y auto-respeto, un impecable principio por el que regirse y que acatar por los otros y por uno mismo.
Según el diccionario es “proteger, resguardar anticipadamente a alguien o algo, de algún daño o peligro”. Es protegerse, ponerse a salvo, evitarse cualquier daño o peligro. En todo el artículo me voy a referir siempre al daño moral, psicológico, en la dignidad, en aquello que es impalpable, y no me referiré al daño corporal físico.
El hecho de ser humanos y tener sentimientos se convierte en un inconveniente para resguardarse de los daños emocionales, que son bastantes incontrolables ya que no se rigen por la consciencia y la razón. Para evitar eso se requiere un buen entrenamiento mental para aprender a evitar que el primer contratiempo nos impacte y golpee directamente en la parte más difícil de proteger, que es la mente con las consecuencias que eso conlleva. Es conveniente crear y aplicar una especie de control que se convierta en un filtro que tengan que atravesar los sentimientos y las emociones antes de golpear directamente en el corazón.
La mayoría de las tragedias, y prácticamente todos los conflictos o problemas, pueden pararse en la mente y con la mente y no dejar que pasen de ahí cargados con todo su sufrimiento. Todos hemos pasado por cosas que nos parecían muy graves mientras ocurrían, y que nos aportaron un daño contundente en aquel momento, pero más tarde hemos podido comprobar que no eran tan graves ni tan insoportables y que podríamos haberlas evitado si no nos hubiésemos opuesto a ellas. Nuestra oposición a aceptar la realidad, aunque no nos guste, es una proveedora de daños, dolores y sufrimientos.
No permitas que nada ni nadie te haga daño hace referencia a algunas cosas que son intolerables pero que las toleramos a pesar del daño que nos causan. Tal vez sea ya el momento de plantarse y decir basta.
¿Por qué seguir tolerando a las personas y cosas que nos hacen daño?,
¿y para qué?,
¿por qué seguir permitiendo las agresiones físicas o verbales, los desprecios, las faltas de respeto, el ninguneo, el daño innecesario y cruel?,
¿por qué consentir que las emociones nos sigan perjudicando?,
¿por qué permitir que los sueños incumplidos nos martiricen y no hagamos algo para conseguirlos?,
¿por qué no evitar el daño moral que nos provocan las insatisfacciones que seguimos manteniendo?,
¿por qué nos maltratamos y hacemos daño desatendiendo el cuerpo y la salud?
A estas preguntas puedes añadir todas las que se te ocurran.
Además del daño intenso y muy notable, hay otros dolores que son más sutiles pero igual de nocivos:
- cuando no somos capaces de decir que no y con ello nos perjudicamos,
- cuando tomamos decisiones que benefician a otros pero nos perjudican a nosotros,
- cuando nos auto-culpabilizamos o nos auto-castigamos,
- cuando no nos cuidamos ni nos damos caprichos o cosas que son de nuestro gusto, cuando permitimos que nuestro ego se sienta herido y nos lo tomemos coma algo personal,
- cuando dejamos nuestra felicidad en manos ajenas o no nos amamos…
Cada uno se auto-agrede de un modo distinto, pero hay algo en común en todos los casos: es nuestra desatención a nosotros mismos lo que nos perjudica; sin querer o sin darnos cuenta, también nosotros nos hacemos daño.
No permitas que nada ni nadie te haga daño. Preservarte. Ponerte a salvo. Evitarte el dolor y el sufrimiento. Son tareas importantes que merecen toda tu atención.
Este es un asunto del que se puede aprender mucho si se revisa con atención y se extraen buenas y beneficiosas conclusiones.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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francisco de Sales- Mensajes : 569
Fecha de inscripción : 17/06/2016
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