MI VIDA Y YO.
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MI VIDA Y YO.
MI VIDA Y YO.
En mi opinión, la relación que cada uno mantiene con su vida es bastante superficial, muy desapegada; en muchos casos se la atiende como algo ajeno y es como si sólo se le prestase una atención especial cuando nos presenta algún problema.
Esto de “cuando nos presenta algún problema” es una forma poética de escribir, porque la realidad es que la vida –y nuestra vida- no tienen algo personal contra nosotros ni el propósito firme de fastidiar o hacer sufrir. Lo que nos pasa en la vida se debe en un pequeño porcentaje a lo que nos hacen los otros –y es más bien “lo que permitimos que nos hagan los otros” o “lo que hacemos con lo que nos hacen los otros”-, a lo que interpretamos que nos pasa –que en realidad no es la realidad de lo que nos pasa-, y al resultado de nuestras acciones o inacciones –la falta de tomar decisiones acertadas o de no tomarlas-. En cualquier caso, la responsabilidad es nuestra.
La Ley de Causa y Efecto se nos aplica a cada uno de nosotros. No podemos pretender culpabilizar a la vida de nuestras irresponsabilidades, ni tampoco responsabilizar al azar, al destino, a las casualidades, o a los dioses o los demonios.
La vida que tenemos es la que nos hemos buscado, la que hemos ido construyendo con las posibilidades y circunstancias de las que hemos dispuesto.
Le pedimos cosas “a la vida” como si ella tuviese la responsabilidad y obligación de darnos lo que tenemos que conseguir nosotros. No es la vida sino cada uno quien tiene que hacer que pasen cosas agradables en su vida.
Cada vez veo con más claridad la necesidad de la aceptación de todas las cosas que nos suceden y afectan. Parece que todo, incluso lo menos agradable y lo menos comprensible, tiene un sentido. Averiguar el sentido de los que nos pasa ayuda a averiguar el Sentido de nuestra Vida. Cada vez estoy más convencido de que hay algo más que esto de consumir el tiempo de estancia en este mundo. Y no me refiero a otras vidas después de la muerte, sino a esta misma, la que estamos ocupando en este momento. Será porque estoy acercándome al final de mi vida y ya siento esa necesidad de dejarlo todo resuelto antes de marchar; dejar sanadas todas las relaciones imperfectas que he ido teniendo a lo largo de la vida. Y encontrarme ya, por fin y definitivamente, con la PAZ. Paz conmigo que se reflejará en una paz con el resto del mundo y con la vida.
La aceptación de las cosas que suceden en la vida no ha de ser impasible y sumisa: no está bien la aceptación despreocupada como si uno fuese insensible y no pasara nada; algunas de ellas tienen que remover el interior, pero que sea sin rabia, sin frustración, sin auto-reproches. Si uno tiene la conciencia tranquila porque ha obrado del modo adecuado o que ha considerado adecuado, no es necesario machacarse después con saña. Si uno cree que tendría que haberse esforzado más, entonces es comprensible el enojo contra sí mismo, pero hay que ser adulto y no soltarse una regañina como a un niño pequeño y menos aún que ese niño pequeño se quede estancado en una pataleta y sin tomar decisiones adultas para no repetir la misma situación.
¿Quiero más cosas o quiero otras cosas en mi vida?, ¡por supuesto que sí!, pero…he aprendido a no sufrir por no tener o porque no sucedan las cosas imposibles. Hay un límite. No todo está al alcance de todos. ¿Es el ego quien se rebela enojado por las cosas que no tenemos o quien lo hace es un instinto de mejoramiento que tenemos genéticamente?, ¿la ambición por lo que no tenemos es sana o es contraproducente?
La relación con la propia vida se alarga desde el nacimiento hasta el fallecimiento. Es un largo Camino juntos. Un Camino que conviene hacer con consciencia, con objetivos claros en cuanto a lo que se quiere y lo que no. Es un tesoro demasiado valioso –irrecuperable e irrepetible- como para derrocharlo absurda e inconscientemente.
¿Cómo es mi vida?, ¿se parece a lo que yo quisiera que fuese?, ¿la estoy viviendo con consciencia?, ¿me siento satisfecho con ella y conmigo?, ¿hay algo que puedo y quiero cambiar?
En el artículo del enlace titulado “Lo que no debes pedirle a la vida” https://buscandome.es/index.php/topic,11074.msg13246.html#msg13246
tienes más información sobre este tema.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
Si le ha gustado este artículo ayúdeme a difundirlo compartiéndolo. Gracias.
En mi opinión, la relación que cada uno mantiene con su vida es bastante superficial, muy desapegada; en muchos casos se la atiende como algo ajeno y es como si sólo se le prestase una atención especial cuando nos presenta algún problema.
Esto de “cuando nos presenta algún problema” es una forma poética de escribir, porque la realidad es que la vida –y nuestra vida- no tienen algo personal contra nosotros ni el propósito firme de fastidiar o hacer sufrir. Lo que nos pasa en la vida se debe en un pequeño porcentaje a lo que nos hacen los otros –y es más bien “lo que permitimos que nos hagan los otros” o “lo que hacemos con lo que nos hacen los otros”-, a lo que interpretamos que nos pasa –que en realidad no es la realidad de lo que nos pasa-, y al resultado de nuestras acciones o inacciones –la falta de tomar decisiones acertadas o de no tomarlas-. En cualquier caso, la responsabilidad es nuestra.
La Ley de Causa y Efecto se nos aplica a cada uno de nosotros. No podemos pretender culpabilizar a la vida de nuestras irresponsabilidades, ni tampoco responsabilizar al azar, al destino, a las casualidades, o a los dioses o los demonios.
La vida que tenemos es la que nos hemos buscado, la que hemos ido construyendo con las posibilidades y circunstancias de las que hemos dispuesto.
Le pedimos cosas “a la vida” como si ella tuviese la responsabilidad y obligación de darnos lo que tenemos que conseguir nosotros. No es la vida sino cada uno quien tiene que hacer que pasen cosas agradables en su vida.
Cada vez veo con más claridad la necesidad de la aceptación de todas las cosas que nos suceden y afectan. Parece que todo, incluso lo menos agradable y lo menos comprensible, tiene un sentido. Averiguar el sentido de los que nos pasa ayuda a averiguar el Sentido de nuestra Vida. Cada vez estoy más convencido de que hay algo más que esto de consumir el tiempo de estancia en este mundo. Y no me refiero a otras vidas después de la muerte, sino a esta misma, la que estamos ocupando en este momento. Será porque estoy acercándome al final de mi vida y ya siento esa necesidad de dejarlo todo resuelto antes de marchar; dejar sanadas todas las relaciones imperfectas que he ido teniendo a lo largo de la vida. Y encontrarme ya, por fin y definitivamente, con la PAZ. Paz conmigo que se reflejará en una paz con el resto del mundo y con la vida.
La aceptación de las cosas que suceden en la vida no ha de ser impasible y sumisa: no está bien la aceptación despreocupada como si uno fuese insensible y no pasara nada; algunas de ellas tienen que remover el interior, pero que sea sin rabia, sin frustración, sin auto-reproches. Si uno tiene la conciencia tranquila porque ha obrado del modo adecuado o que ha considerado adecuado, no es necesario machacarse después con saña. Si uno cree que tendría que haberse esforzado más, entonces es comprensible el enojo contra sí mismo, pero hay que ser adulto y no soltarse una regañina como a un niño pequeño y menos aún que ese niño pequeño se quede estancado en una pataleta y sin tomar decisiones adultas para no repetir la misma situación.
¿Quiero más cosas o quiero otras cosas en mi vida?, ¡por supuesto que sí!, pero…he aprendido a no sufrir por no tener o porque no sucedan las cosas imposibles. Hay un límite. No todo está al alcance de todos. ¿Es el ego quien se rebela enojado por las cosas que no tenemos o quien lo hace es un instinto de mejoramiento que tenemos genéticamente?, ¿la ambición por lo que no tenemos es sana o es contraproducente?
La relación con la propia vida se alarga desde el nacimiento hasta el fallecimiento. Es un largo Camino juntos. Un Camino que conviene hacer con consciencia, con objetivos claros en cuanto a lo que se quiere y lo que no. Es un tesoro demasiado valioso –irrecuperable e irrepetible- como para derrocharlo absurda e inconscientemente.
¿Cómo es mi vida?, ¿se parece a lo que yo quisiera que fuese?, ¿la estoy viviendo con consciencia?, ¿me siento satisfecho con ella y conmigo?, ¿hay algo que puedo y quiero cambiar?
En el artículo del enlace titulado “Lo que no debes pedirle a la vida” https://buscandome.es/index.php/topic,11074.msg13246.html#msg13246
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Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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francisco de Sales- Mensajes : 569
Fecha de inscripción : 17/06/2016
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